domingo, 7 de noviembre de 2010




Cuando le preguntan sobre cómo se imagina cuando alcance la tercera edad, la cantante puertorriqueña Olga Tañón sonríe y responde que “con 700 libras de Botox en la cara y estirada hasta la (n) de Tañón”.

Bromea así pues sabe que lo que anhela realmente en esa etapa es tener salud, compañía y “suficiente creatividad para leer un libro, escuchar música y reírme de mí”.

Pero ella es consciente de que la vida es difícil para un anciano, puesto que su padre José tiene 90 años y su madre Carmen Gloria pronto llegará a los 70. Por esta razón no titubeó para cantar ayer en el cierre de la tercera edición del evento “Ciudad de la tercera edad”, en el Centro de Convenciones, en Miramar.

“Me siento superidentificada. Estoy en pro de que se abra un taller de trabajo para los envejecientes, aunque de bagger en el supermercado”, dijo previo a ofrecer un concierto de casi quince temas.

El encuentro le recordó cómo le pide a “Dios que me dé lucidez para seguir fantasiando” y “crear una casa especialmente para Gabriela para que ella tenga su cocinita y sea una niña independiente”.

El Álbum va

El nuevo disco de Olga Tañón ya tiene fecha. Su esposo y manejador, Billy Denizard, explicó que el álbum saldrá al mercado entre enero y febrero, luego de que su lanzamiento se pospusiera por “una situación de permisología”.

La llamada “Mujer de Fuego” grabó varios temas para el álbum junto a Samo, vocalista de Camila. Pero Sony restringió los permisos a territorio estadounidense.

La intérprete piensa que se trató de “ellos querer salvaguardar un personaje de un grupo exitosísimo y que no se independice”. Sin embargo, recalcó que “mi relación con él es maravillosa, es mi negro bello”.

Para el disco, que describió como “tropical lentísimo y maravilloso”, la artista produjo una nueva versión del sencillo “Ni una lágrima más” con su corista Luva. Colaboró, además, junto a Jorge Guzmán y Wise, con quien también hizo un dúo para su lanzamiento como solista.

“¡Amo a Ricky!”

Olga Tañón tampoco evitó hablar de Ricky Martin y su libro “Yo” que, aunque no ha leído, piensa que “le ha dado una bofetada a la verdad y honestidad” de que “no podemos taparnos las caras tratando de ocultar lo inocultable”.

“¡Yo amo a Ricky! Cada vez que ve a Gabriela, se porta como si fuera un tío. Y yo me quitó el sombrero ante él, porque todo el mundo tiene derecho de ser feliz. Ahora lo amo más”, sostuvo quien el próximo viernes recibirá en Nueva York el “Premio Orgullo Puertorriqueño” del Comité Noviembre.

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